
Los cultivos de primavera se siembran entre febrero y mayo. Su nombre procede de la fecha de siembra. Los cultivos de invierno se siembran entre septiembre y noviembre. Las plantas utilizadas para la siembra de primavera suelen ser especies como el maíz, el girasol y la cebada de primavera. Pero también pueden sembrarse otros cultivos, sobre todo en sistemas como la ACS (Agricultura de Conservación del Suelo) o la AE (Agricultura Ecológica). Objetivos, ventajas y retos.
Las ventajas de alternar cultivos de primavera e invierno
La teoría agronómica recomienda alternar los cultivos de invierno con los de primavera para sacar el máximo partido de la rotación de cultivos mediante la selección de diferentes familias botánicas. El objetivo principal es evitar las condiciones favorables para las plagas y las malas hierbas. Estas prácticas pueden facilitar el desherbado y reducir la cantidad de insumos sintéticos necesarios. En algunas regiones puede utilizarse un sistema de monocultivo, en particular con el maíz, que se adapta bien a determinadas condiciones edafoclimáticas. Al ser un cultivo de alto rendimiento, resulta lucrativo en algunas zonas de mercado especializadas.
Cereales, oleaginosas: ¿qué puede incluirse en una rotación de cultivos?
Existen 3 cultivos de primavera que se cultivan habitualmente en diferentes regiones agrícolas:
- Maíz. Este cereal suele tener muchas oportunidades de mercado, tanto para el consumo humano como para la alimentación animal. Se trata de un cultivo fácil de gestionar.
- Girasol. Esta oleaginosa también es bastante sencilla de cultivar, ya que requiere menos de 8 intervenciones. Se adapta bien a los suelos secos, e incluso a las tierras de regadío. También es una excelente opción para preceder al trigo.
- Cebada de primavera. La cebada de primavera es ideal para controlar las gramíneas. Es muy vigorosa al principio y compite bien con las malas hierbas.

Las ventajas agronómicas de otros cultivos de primavera: soja, sorgo, etc.
Una rotación más compleja permite integrar otras variedades de cultivos en la explotación. Esto dependerá de las oportunidades de mercado. En las explotaciones ganaderas, los cultivos suelen utilizarse para alimentar al rebaño. La siembra de sorgo es una opción económica. Se siembra bastante tarde, en mayo. Es resistente y requiere pocos cuidados. Es ideal como alternativa al maíz en los campos que no se pueden regar, y una gran solución para los periodos de sequía, como ha sido el caso en los últimos años. La incorporación del sorgo a la rotación no requiere grandes inversiones en maquinaria agrícola específica. La soja suele sembrarse a finales de abril o principios de mayo, cuando el suelo está más caliente que para el maíz. Puede sembrarse con una sembradora convencional para cultivos de cereales y tiene muy pocos enemigos (plagas y enfermedades).
Sin embargo, suele ser aconsejable inocular las semillas los primeros años, ya que la simbiosis con el rhizobium, que fija el nitrógeno atmosférico en el suelo, tarda en desarrollarse. Hay que tener cuidado con las necesidades de agua, que son las mismas que para el maíz. También son posibles otros cultivos, como altramuces, guisantes, lino y habas. Sin embargo, son más comunes en explotaciones ganaderas o sistemas agrícolas como la Agricultura de Conservación del Suelo y la agricultura ecológica.