
La agricultura sostenible se basa en cuatro criterios: económico, ecológico, social y regional. Los desafíos están relacionados con estos criterios. Precisiones.
Los desafíos económicos, sociales, ecológicos y regionales de la agricultura sostenible
La agricultura sostenible se considera una de las soluciones a los retos globales actuales y futuros. Se dice que contribuye a reducir los gases de efecto invernadero y el calentamiento global. Puede preservar el medio ambiente y proporcionar unos ingresos dignos a los agricultores sostenibles. También podría ayudar a recrear un vínculo, debilitado durante los últimos 50 años, entre diferentes zonas geográficas, en particular entre las zonas urbanas y rurales. Utiliza diversas técnicas y sistemas, basados en la denominada producción sostenible, que preserva los recursos naturales y las generaciones futuras. Cumple criterios económicos, ecológicos y sociales. ¿Cuáles son los desafíos de este tipo de producción?
La producción sostenible significa cantidad y calidad
El principal reto de cualquier método agrícola es satisfacer la demanda mundial de alimentos garantizando rendimientos suficientes. Esto se conoce como seguridad alimentaria. La agricultura debe ser capaz de alimentar a una población en crecimiento, pero no con cualquier práctica agrícola. Para que la agricultura se considere sostenible, es esencial que las explotaciones agrícolas sean capaces de producir grandes cantidades y sean rentables, al tiempo que cumplen los requisitos de calidad relacionados con criterios ecológicos y sociales.
La producción a gran escala también es necesaria, ya que ahora existen nuevos usos para los cultivos, en particular los relacionados con la energía. Los cultivos alimentarios potenciales se están convirtiendo en fuentes de energía. Las fuentes de energía también son de gran importancia para el futuro como sustitutos de los combustibles fósiles, que son perjudiciales para el medio ambiente.
Agricultura sostenible, respetuosa con el medio ambiente
Para que un sistema sea sostenible, debe perdurar en el tiempo. Para perdurar en el tiempo, es necesario mantener las condiciones que permiten su funcionamiento. En este sentido, el equilibrio del sistema es esencial. La agricultura sostenible debe esforzarse por mantener o enriquecer los recursos de los que depende: biodiversidad, suelo, agua, calidad del aire, etc. También debe contribuir a limitar el calentamiento global. En la práctica, las prácticas agrícolas sostenibles buscan:
- Limitar los insumos (fertilizantes, productos químicos, pesticidas, etc.) para evitar la escorrentía y la posible contaminación.
- Utilizar productos naturales y soluciones alternativas para el control biológico.
- Reducir la labranza y plantar cultivos de cobertura para limitar la erosión y potenciar la fijación de carbono en el suelo.
- Reintroducir los setos para aumentar la biodiversidad.
Los factores sociales y económicos: mejorar las condiciones laborales y los ingresos de los agricultores
Según la ONU (Organización de las Naciones Unidas), la mano de obra agrícola genera más de 3,6 billones de dólares en valor añadido. Esto supone un aumento del 78 % del valor económico con respecto a principios del siglo XXI. Sin embargo, el número de personas que trabajan en la agricultura ha disminuido en un 16 %. Este porcentaje es aún mayor en las economías de mercado desarrolladas, y la renovación generacional es una cuestión muy actual en el sector. Los salarios de los trabajadores agrícolas y las duras condiciones de trabajo son el núcleo del problema. El reto de la agricultura sostenible para el futuro es garantizar unas condiciones de vida y de trabajo dignas a los trabajadores agrícolas. La mecanización, la eliminación de intermediarios, el apoyo a las políticas gubernamentales para establecer precios justos y el uso de métodos de organización colectiva, como las cooperativas de maquinaria, etc., pueden contribuir a aportar una solución.
Promover la agricultura sostenible a través de la educación para forjar vínculos con las comunidades locales
Otro reto de la agricultura sostenible es recrear una conexión entre las localidades, acercando a los consumidores y los productores. El objetivo es claramente volver a una alimentación saludable y local para consumir mejor: productos locales y de temporada a un precio justo para quienes participan en su producción. Se crean vínculos sociales y puestos de trabajo locales de calidad, y se facilita el acceso a una alimentación más saludable, revitalizando el medio rural y acercando la ciudad al campo. Existen ayudas públicas para este tipo de proyectos, que a menudo son gestionados colectivamente por los actores del sector agrícola.
Se anima a cualquier iniciativa educativa que facilite la comunicación entre los diferentes actores a desarrollar este aspecto esencial para el desarrollo de la agricultura sostenible.
Fuentes: https://news.un.org/fr/story/2022/12/1130532