
La agricultura sostenible debe producir sin afectar los recursos naturales. Para aplicar este principio básico, es importante analizar el impacto de la actividad agrícola en cada recurso natural de la explotación. ¿Qué principios hacen que una explotación sea más sostenible?
Gestión de los recursos hídricos en la agricultura sostenible
La principal causa de la mala calidad del agua es la salinización o contaminación de las aguas superficiales y del suelo, generalmente por nitratos, productos fitosanitarios y selenio. Unos sencillos principios permiten preservar los recursos hídricos agrícolas:
- Buscar formas de conservar y almacenar el agua.
- Elegir cultivos, especies o variedades resistentes a la sequía, los parásitos y la sal.
- Utilizar sistemas inteligentes para el riego y la pulverización de productos fitosanitarios (agricultura de precisión) que permitan controlar la cantidad de agua y los insumos en función de las necesidades.
- Pensar en métodos de labranza que puedan reducir la pérdida de agua.
- Integrar tierras en barbecho o la agrosilvicultura en la explotación.
Conservación del suelo: luchar contra la erosión con menos labranza
Según la FAO, la erosión es una de las diez principales amenazas para el suelo. Puede estar causada por el agua o el viento. En Europa, la erosión hídrica afecta a 1,3 millones de km², es decir, una cuarta parte de los suelos europeos. Los países más afectados son Eslovaquia, Italia, Dinamarca y la República Checa. Una quinta parte de los suelos europeos son susceptibles a la erosión eólica, especialmente en Dinamarca, España, Grecia, Chipre, Rumanía y Francia.
Los principios de la agricultura sostenible que ayudan a proteger contra la erosión del suelo son la reducción de la labranza, la gestión del riego para reducir la escorrentía, la plantación y el mantenimiento de cultivos de cobertura y la mejora de la calidad del suelo.
El aire: un recurso a menudo olvidado en la agricultura
La contaminación atmosférica puede estar causada por la quema de residuos agrícolas y por productos químicos, como los productos fitosanitarios que permanecen en suspensión en el aire, los óxidos nitrosos procedentes de los fertilizantes nitrogenados y el metano de los animales de pastoreo, que aumenta los gases de efecto invernadero. Sin embargo, la agricultura también es un gran medio para almacenar carbono, especialmente en los pastizales donde pastan las vacas.
Para mejorar la calidad del aire de forma sostenible con prácticas agrícolas, los agricultores pueden: cambiar la alimentación del ganado, mezclar residuos y fertilizantes orgánicos en el suelo, arar menos, plantar setos, cultivos de cobertura y franjas de césped, etc.
¿Qué principios relacionados con la energía hacen que la agricultura sea más sostenible?
La agricultura depende en gran medida de fuentes de energía basadas en el carbono, como el petróleo. En Europa, en 2021, el consumo de energía en el sector agrícola y forestal equivalía a más de 28 millones de toneladas de petróleo, es decir, el 3 % del consumo total de energía de Europa.
Esta dependencia de la energía del carbono debe reducirse en la agricultura sostenible mediante el uso de más mano de obra, por ejemplo, si es económicamente viable, o de recursos renovables. La agricultura es una fuente inigualable de energía natural de todo tipo: biocombustibles, agrivoltaica, metano, gas verde, etc. Desarrollar estas actividades de forma sostenible es también un enfoque eficaz dentro de la agricultura sostenible.
Fuentes:
https://sarep.ucdavis.edu/sustainable-ag
https://agenceurope.eu/en/bulletin/article/13304/36
https://www.fao.org/about/meetings/soil-erosion-symposium/key-messages/en/