
Cultivo de cobertura

El rendimiento de una explotación se calcula a menudo en términos de beneficios; es decir, para tener éxito, una explotación debe ser rentable. Sin embargo, hay que tener en cuenta otros factores en el contexto del desarrollo sostenible. Para producir de forma sostenible, hay que tener en cuenta todo el ecosistema. Por lo tanto, además de los beneficios, otros criterios son: el bienestar del agricultor y su familia, la preservación del entorno de la explotación y los recursos naturales con vistas a su transmisión, así como la integración regional. Pero ¿qué técnicas hacen que una explotación agrícola sea más sostenible?
La primera técnica que se nos viene a la mente cuando pensamos en sostenibilidad suele estar relacionada con el medio ambiente y la reducción de los insumos agrícolas. Los fertilizantes, los productos fitosanitarios, la energía, etc., suelen ser productos caros que contienen carbono y que, si no se utilizan correctamente, pueden tener consecuencias negativas para el medio ambiente. Pensar en las cantidades necesarias, en función de las necesidades y del contexto, es uno de los factores clave para limitar el uso de productos y optimizar el rendimiento y los beneficios. Y ahora es posible gracias a todos los equipos agrícolas que están sacando al mercado los fabricantes, especialmente para la agricultura de precisión.
Para evitar el uso de insumos, existen prácticas agrícolas alternativas, especialmente en la gestión integrada de plagas y enfermedades. El objetivo es mantener las plagas por debajo del umbral de destructividad, en lugar de destruirlas por completo. La técnica consiste en potenciar los mecanismos de control natural de las plantas y utilizar enemigos naturales de las plagas y agentes químicos como las feromonas.
Reintroducir conceptos agronómicos básicos en las explotaciones es uno de los métodos más eficaces para aumentar la sostenibilidad. Por ejemplo, la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura funcionan muy bien contra las plagas y las enfermedades, además de enriquecer y preservar el suelo. Reducir el laboreo, un principio clave de la agricultura de conservación, es también una técnica útil para fijar carbono en el suelo y limitar el calentamiento global.

Cultivo de cobertura

Rotación de cultivos

Mínimo laboreo
Para desarrollar una economía viable, la agricultura sostenible aprovecha las oportunidades. Por lo tanto, no se limita a la producción de alimentos, sino que también se orienta hacia la producción de energía. Los proyectos de energía renovable forman parte de la transición ecológica mundial. A menudo también son parte integrante de una localidad, a la que dan (o devuelven) vida con proyectos de metanización individuales o colectivos, plantas de energía solar, combustible de madera, etc.
Además de los aspectos económicos y ecológicos, la agricultura sostenible también debe proporcionar una vida digna en términos de ingresos y vida social. A menudo se necesita apoyo político para intentar establecer precios justos. Los proyectos colectivos pueden ofrecer una oportunidad para los intercambios locales, así como aumentar la rentabilidad y la eficiencia de los miembros. Los servicios de ayuda a las explotaciones agrícolas pueden facilitar a los gestores agrícolas la posibilidad de tomarse tiempo libre o de ser sustituidos en caso de enfermedad. Es difícil calcular la eficacia de este aspecto, que es, sin embargo, esencial para garantizar las futuras generaciones de agricultores.

